La industria del futuro es la cuarta revolución industrial que la humanidad está viviendo y la razón por la que se les ha denominado “revoluciones” es porque la innovación que las impulsó no solo mejoraba la productividad y la eficiencia, sino que revolucionaba completamente la forma en que se producían los bienes y la forma en la que se hacía el trabajo.
La industria del futuro se refiere a una nueva fase en la revolución industrial que se enfoca en gran medida en la interconectividad, la automatización, el aprendizaje automatizado y los datos en tiempo real. Esta integra la producción y las operaciones físicas con tecnología digital inteligente, aprendizaje automatizado y big data para crear un ecosistema más holístico y mejor conectado para las compañías que se enfocan en la manufactura y la administración de la cadena de suministro.
Sumarse a la industria del futuro no es solo invertir en tecnología y herramientas nuevas para mejorar la eficiencia en la manufactura; se trata de revolucionar la manera en la que opera y crece toda la empresa.
De protección a innovación
Las empresas de sectores estratégicos tienen que cambiar la idea de que sumarse al camino de la industria del futuro es para protegerse de cambios inesperados, como lo fue la pandemia. Si bien la adopción de nuevas tecnologías permitió que las empresas no desaparecieran por la contingencia, este no es su único fin, ya que la adopción de estas tecnologías les permite la innovación en los productos y servicios existentes y nuevos, así como poder construir nuevos modelos comerciales que permitan prosperar en el entorno económico en una rápida evolución.
Según Deloitte en un estudio global reciente de ejecutivos de nivel C, el 56 % de los líderes señalaron que priorizan las inversiones en la Industria del Futuro para proteger a sus organizaciones de la interrupción de los competidores, mientras que solo el 26% prioriza las inversiones en la Industria del Futuro con miras a interrumpir la competencia con nuevas formas de hacer negocios.
Es más probable que las empresas que se están quedando atrás en sus viajes digitales por quedarse en su etapa de protección y confort sean presa de las presiones competitivas. Y exactamente por querer centrarse únicamente en la protección podrían correr el mayor riesgo, de hecho, las empresas que persiguen e invierten en innovación y capacidades disruptivas pueden estar mejor posicionadas para crecer a largo plazo.
Cuando las empresas solo se centran en la protección, los líderes pueden estar perdiendo importantes oportunidades de crecimiento. En la investigación mencionada anteriormente se ha demostrado que los líderes que se enfocan en la innovación pueden ver un aumento de hasta un 22% en los ingresos y un aumento de hasta el 19% en las ganancias.
El camino a la innovación
Es indispensable que los líderes de las empresas entiendan que la protección y la disrupción en la transformación digital van de la mano y no se tiene que escoger entre uno u otro. Pueden iniciar aprovechando su camino a la industria del futuro para la protección y optimización de procesos construyendo una base sólida de excelencia operativa, que sus trabajadores se familiaricen con las nuevas tecnologías y así construir gradualmente capacidades para poder impulsar el crecimiento y la disrupción a través de productos y servicios nuevos e innovadores.
De igual forma no es necesario llevar una secuencia lineal, se puede utilizar la transformación digital en diversos escenarios de la empresa simultáneamente, en donde se siga una estrategia de protección en un área mientras que en otra se busque la innovación transformadora.
Existen muchos escenarios con los que las empresas pueden tener una transición de la protección a la innovación disruptiva, pueden adoptar un enfoque holístico donde puedan combinar la protección y la disrupción.
Las empresas pueden llevar a cabo las “actividades operacionales” pues estas tienden a centrarse en optimizar y mejorar los procesos comerciales, el uso de la tecnología y el flujo de información para hacer que las organizaciones sean más inteligentes sobre lo que hacen, estas actividades pueden definirse como protección y al mismo tiempo impulsan el núcleo de las inversiones digitales.
Al centrarse en toda la cadena de valor, las empresas pueden asegurarse de que sus implementaciones de tecnología digital y física realmente puedan transformar la forma en que opera la organización y obtener beneficios más significativos.
Una vez que se ha establecido esta base con todo lo mencionado anteriormente, las empresas pueden usar los datos y la información no solo para hacer que sus procesos comerciales sean más inteligentes, sino también para identificar nuevas oportunidades comerciales, pasando a una innovación más estratégica.
A medida que las empresas comienzan su viaje por el camino hacia la innovación transformadora, dada la cantidad de opciones tecnológicas disponibles para los líderes empresariales, es fundamental que se cuente con un enfoque estratégico para la innovación y una visión clara del camino a seguir.
Es importante tener en cuenta que el viaje de la protección a la disrupción trae consigo su propio conjunto de desafíos y consideraciones y los líderes pueden prepararse para el mañana sin sacrificar sus necesidades actuales.
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